MAR O MESA

TOMAS BARBERÁ

Catálogo Langle Beach
Conocí a Paco de la Torre cuando nací hace casi treinta años. Desde entonces, nos vemos en Almería una vez al año. Paseamos por las calles del Zapillo, el barrio de su infancia, por la Ciudad Jardín cubista, o por el casco antiguo donde se encuentran los enigmáticos kioscos que camuflan las entradas al sistema de refugios subterráneos de la ciudad. Todos estos lugares son materia de un imaginario espacial y a la vez plástico que De la Torre ha ido constituyendo durante años y que, desde momentos anteriores a mi consciencia en arquitectura, ha ido compartiendo conmigo.
MAR O MESA
Los edificios de Paco de la Torre aparecen como cuerpos bajo la luz, espejismos de ciudad, fragmentos de una Almería onírica. Estas construcciones son recuerdos, deseo de un proyecto de frente de costa horizontal, poroso frente a la playa, abierto al mar. Las maquetas han sido seleccionadas y pertenecen a un Atlas más grande, un fragmento de un todo inabarcable, que declina los arquetipos del edificio de primera línea de costa racionalista del arquitecto almeriense Guillermo Langle. Los edificios son de 2 a 3 plantas, limitados por medianeras opacas que orientan la construcción hacia la costa, hacia el sol de Levante, hacia la brisa del mar. El porche en arcada, la ventana de ángulo, la balaustrada naval horizontal, las pérgolas, el “bow window” semi-cilindrico del “paquebot” a vapor tintinesco de los años 20, las cabinas para vestirse en “enfilade”, los volúmenes cubistas de la Weißenhofsiedlung de Stuttgart, los arcos de medio punto, las terrazas de techo, el ritmo regular, las asimetrías, los equilibrios lleno-vacío de las fachadas se van declinando de cuadro en cuadro. Las variaciones del arquetipo de Langle son perspectivas cercanas al dibujo axonométrico. El sol es siempre tangente a 90º del punto de vista del observador, vistiendo los cuerpos construidos de una cara cálida al sol y de una cara fría en la sombra. Hay un observador, pero es omnisciente, es un observador de videojuego de construcción y de gestión. En este caso, un videojuego referenciado en un espacio infinito, desierto, con cielo uniforme y filtrado, al borde de lo que parece ser el mar. De hecho, este límite azul que se encuentra en las esquinas inferiores de los cuadros es también, además del mar, el canto de una mesa, sobre la cual Paco de la Torre Pintor ha dispuesto sus maquetas. Este borde de mesa aparece como el problema clásico del fotógrafo de maqueta. ¿Donde se sitúa el punto de vista, dentro o fuera de la maqueta? ¿Se enseña o se esconde el borde de la maqueta? La maqueta es maqueta pero también es edificio, el canto de la mesa es el límite físico entre proyecto y realidad. La presente muestra del Atlas, que Paco De la Torre lleva constituyendo desde los años 80, es un encuentro entre los arquetipos de una Almería que podría haber sido, es un caminar por las calles de una ciudad mental, una errancia del pintor en su Taller de Arquitectura Metafísica y Onírica (TAMO), dedicado a la búsqueda y comprensión obsesiva de los tipos y elementos de la gramática racionalista como base de abstracción de la esencia arquitectónica de (si mismo) y de la Región.
Langle. Arquitecto

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