La visión, las visiones

Armando Pilato

En el Suplemento Postdata, p. 6.
Valencia 20/1/2006
Veintisiete cuadros sobre lienzo de lino, tres leyendas y un vídeo conforman la última exposición, o más que eso, de Paco de la Torre. Como estreno total y renovado de sus vivencias personales, Humor vítreo -que así se titula la propuesta- vendría a ser un resumen de escenas autobiográficas mezcladas con aquellas paralelas, en cuanto no propias, pero si asumidas como tales por la memoria. Al igual que en la definición del epígrafe, un cierto aire de masa de aspecto traslúcido situada detrás del cristalino de los ojos, altera y perturba -de manera volitiva- la visión de esta imágenes creadas, simultáneamente, como un todo inseparable y aprensibles también como piezas únicas.
El vídeo, de igual título y que inaugura el cuarto oscuro de la Galería, constituye el soporte en el cual se recoge cine y pintura, mediante la narración y la recreación del propio pasado. Una nebulosa, surcada por esa manchas, cuerpos o moscas volantes, de naturaleza indescifrable atan las distintas escenas surgidas de la exploración de un estado de duermevela. La fascinación por el cine clásico se alambica con las secuencias de un film doblemente fetiche del nuevo romanzo, El año pasado en Mariembad de Alain Resnais. Y con ellas, imágenes reales o imaginarias, se entremezclan las representaciones de las últimas pinturas, delicadas y consistentes, de Paco de la Torre.
La arquitectura racionalista, el exterior y el interior, el jardín, lo invisible, la convivencia socializadora o las relaciones individuales, quedan subsumidas en un argumento total, que escapa a los modos del tópico trayecto nemotécnico. El hombre y sus formas, el subconsciente y la literatura, e incluso el miedo -con algunas referencias al suspense- se presentan como una instalación en la que cartoon y fotograma acceden al nivel de la pintura. Los óleos sobre lino, todos ellos de la misma medida (60 x 50 cm) manifiestan todas las referencias del artista a sus últimas series, pudiéndose leer como un  panorama continuo y, al mismo tiempo, unívocamente enfocado.
Por citar algunas de la imágenes pintadas por Paco de la Torre, casi dibujos automáticos pero aún así pinturas ciertas, recordaría las tituladas Tres burbujas y una calavera, El árbol de los amigos, Infinito club, Mariembad o Humpty Dumpty. A estas se le une el humor autorreferencial de la tríada de leyendas –No hay banda, Je Je y Mañana te llamo-, las cuales sirven como advertencia, y juego privado, de aquello que inicia y culmina el proceso de la visión y la perspectiva distorsionada de sus sucesivas visiones.
Invitación Humor vítreo

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EXPOSICIÓN